El descubrimiento de rayas de cebra en el espacio resuelve un problema de medio siglo
17/7/2015 de UCLA / Nature Communications
La magnetosfera de la Tierra alberga las ondas de plasma que están siendo estudiadas por Yuri Shprits y sus colaboradores. Fuente: UCLA.
En la década de1960, NASA lanzó seis satélites para estudiar la atmósfera de la Tierra, la magnetosfera y el espacio entre la Tierra y la Luna. Usando observaciones de dichos satélites, Christopher Russell descubrió misteriosas ondas de plasma en los cinturones de radiación de Van Allen, los anillos con forma de dónut que rodean la Tierra y contienen partículas de alta energía atrapadas por el campo magnético del planeta.
A menudo llamado ruido ecuatorial o ruido Russell, estas ondas son de las emisiones observadas con mayor frecuencia en el espacio cercano a la Tierra. Pero hasta recientemente los científicos no han podido explicar cómo se forman estas ondas. Ahora, casi medio siglo después, el misterio ha sido resuelto.
Yuri Shprits, investigador de UCLA, y sus colaboradores han descubierto la estructura de estas ondas cuando están muy cerca del ecuador. Los científicos observaron 13 líneas separadas entre sí por una misma distancia con dos satélites Cluster de la Agencia Espacial Europea (ESA), encontrando espectrogramas de la onda altamente estructurados que parecen un paso de cebra. «Es realmente notable cómo la naturaleza ha conseguido dibujar esas líneas tan claras, estrechas y periódicas en el espacio», comenta Shprits.
El descubrimiento constituye un importante paso adelante porque las partículas de alta energía pueden ser dañinas para los satélites y los humanos en el espacio. Los investigadores han estado especialmente interesados en el ruido ecuatorial porque puede acelerar partículas de los cinturones de Van Allen hasta altas energías y puede enviarlas hacia la atmósfera. Este fenómeno puede tener importantes consecuencias para la meteorología espacial y puede jugar un papel importante en la aceleración y dispersión de electrones e iones por estas ondas que causan diferentes problemas, desde anomalías mínimas al fallo completo de satélites críticos. Un mejor conocimiento de la radiación en el espacio será muy importante para proteger mejor a los astronautas y los instrumentos, según Shprits.