El cómplice del iceberg: ¿la Luna hundió el Titanic?
6/3/2012 de Texas State University
El hundimiento del trasatlántico Titanic hace 100 años es quizás el desastre más famoso, y más estudiado, del siglo XX. Innumerables libros y películas han examinado con gran detalle las acciones, elecciones y errores que permitieron la colisión del Titanic contra un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, y su hundimiento en horas, con aproximadamente 1500 personas que perdieron la vida en las heladas aguas del Atlántico norte.
Una pregunta, sin embargo, no ha sido estudiada: ¿de dónde procedía el iceberg asesino, y podría la Luna haber ayudado a que se produjera el desastre?
Ahora, un equipo de astrónomos de Texas State University-San Marcos ha utilizado técnicas detectivescas celestes para examinar cómo un raro suceso lunar arregló la baraja contra el Titanic. Sus resultados arrojan luz nueva sobre las peligrosas condiciones del mar helado con las que el barco se encontró aquélla noche aciaga.
«Por supuesto, la causa última del accidente fue que el barco chocó contra un iceberg. El Titanic no pudo frenar, después de haber recibido varios mensajes en los que se les alertaba del mar helado que tenían por delante», comenta Donald Olson, de Texas State University. «Se metieron a toda velocidad en una región con icebergs, esto es lo que realmente hundió al barco, pero la conexión con la Luna podría explicar por que un número inusualmente alto de icebergs se metió en el camino del Titanic».
Lo que han descubierto los investigadores es que el 4 de enero había tenido lugar un suceso único. La Luna y el Sol se alinearon en un modo en el que los tirones gravitatorios de uno y otro se reforzaban, un efecto bien conocido llamado «marea de primavera». El perigeo de la Luna (su acercamiento máximo a la Tierra) fue el más cercano en 1400 años, y se produjo a menos de 6 minutos de una Luna llena. Además, el perihelio de la Tierra (máximo acercamiento al Sol) se produjo el día anterior. En términos astronómicos, las probabilidades de que todas estas variables se alineasen justo del modo en el que lo hicieron eran, bien, astronómicas.
Según el grupo de Texas State, cuando los icebergs de Groenlandia viajan hacia el sur, muchos quedan atascados en las aguas poco profundas de las costas de Labrador y Newfoundland. Normalmente, los icebergs se quedan allí y no pueden seguir viaje hacia el sur hasta que se han derretido lo suficiente para reflotar, o una marea suficientemente alta les libera. Un solo iceberg queda atascado muchas veces en su viaje hacia el sur, un proceso que puede durar años. Pero la marea inusualmente alta de enero de 1912 habría sido suficiente para liberar muchos de estos icebergs y ponerlos de nuevo en marcha hacia las corrientes oceánicas del sur, donde habrían tenido tiempo suficiente para alcanzar las líneas navieras y tener el desgraciado encuentro con el Titanic.