Discos de polvo sobreviven al fuego cósmico cercano de jóvenes estrellas masivas
12/3/2015 de Max Planck Institue for Astronomy
El centro galáctico, con los cúmulos Arches y Quintuplete. Intensos vientos y radiación de la estrellas masivas del Quintuplete han erosionado las densas nubes de gas que rodean al cúmulo, tal como indican las flechas. Los discos de polvo alrededor de estrellas más pequeñas que viven en estos cúmulos están expuestos al mismo ambiente hostil y no deberían de sobrevivir largos periodos de tiempo. Crédito: HST/Spitzer composite: NASA, ESA, D.Q.Wang (UMass), JPL, S. Stolovy (Spitzer Science Center).
Un equipo de astrónomos, dirigido por la Universidad de Bonn, ha descubierto discos de polvo alrededor de estrellas en cúmulos de estrellas que se formaron recientemente cerca del centro de la Vía Láctea. Debido a que estos cúmulos jóvenes contienen estrellas muy calientes que generan una intensa y energética radiación ultravioleta, dichos discos de polvo, los lugares donde se forman planetas alrededor de estrellas jóvenes, se pensaba que resultaban rápidamente destruidos.
El descubrimiento de que estos discos pueden sobrevivir en estos ambiente tan calientes por mucho más tiempo esconde información nueva acerca de dónde y cuándo pueden formarse planetas, especialmente hace miles de millones de años cuando las galaxias que formaban estrellas a un ritmo mucho mayor que hoy en día y bajo condiciones extremas parecidas eran mucho más dominantes que en el Universo de hoy en día.
El estudio, dirigido por la Dra. Andrea Stolte del Instituto Argelander de Astronomía de la Universidad de Bonn, ha observado jóvenes estrellas brillantes en dos cúmulos de estrellas, el cúmulo Arches y el cúmulo Quintuplete. Estos cúmulos se formaron hace sólo unos pocos millones de años, cerca del centro de la Vía Láctea, donde existe una intensa formación de estrellas. Son de los cúmulos estelares más jóvenes y masivos de nuestra Galaxia, que albergan miles de estrellas recién nacidas.
Cómo estos discos giratorios sobreviven a la radiación infernal de sus vecinas gigantes es un problema. Los astrónomos consideran dos posibilidades: o bien el gas y los discos de polvo presentan una resistencia sin precedentes frente a este ambiente hostil, o un mecanismo no observado recarga los discos. La solución puede encontrarse en las estrellas compañeras. Cuando dos estrellas giran una alrededor de otra, la compañera mayor puede alimentar a su gemela más pequeña, posiblemente aportando material al disco a un ritmo suficientemente grande como para compensar las pérdidas por evaporación debidas a la intensa radiación ultravioleta que rodea a la pareja.