Descubren una rara supernova «impostora» en una galaxia cercana
15/2/2016 de University of Washington / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
La galaxia NGC 300, hogar del sistema inusual que Binder y sus colaboradores estudiaron. La galaxia espiral se encuentra a 6 millones de años luz de distancia. Crédito: NASA/JPL-Caltech/OCIW.
La investigadora postdoctoral Breanna Binder de la Universidad de Washington y sus colaboradores han resuelto recientemente el misterio de de una estrella que se hacía pasar por una supernova.
En mayo de 2010 un astrónomo aficionado de Sudáfrica apuntó su telescopio hacia NGC 300, una galaxia cercana. Descubrió lo que parecía ser una supernova, es decir, una estrella masiva acabando su vida con un estallido glorioso. «La mayoría de las supernovas son visibles durante un corto espacio de tiempo y entonces – en el transcurso de semanas – desaparecen de la vista», comenta Binder.
Después de que una estrella explote come supernova, deja tras de sí habitualmente un agujero negro o lo que se llama una estrella de neutrones, el núcleo colapsado y de alta densidad de la antigua estrella. Tampoco debería de ser visible desde la Tierra tras algunas semanas. Pero esta supernova – SN 2010da – todavía lo era.
«SN 2010da es lo que llamamos una supernova ‘impostora’ – algo que inicialmente se piensa que es una supernova en base a su emisión brillante de luz, pero que luego se demuestra que es una estrella masiva que por alguna razón está atravesando una enorme fase de actividad», comenta Binder.
Pero los investigadores también detectaron una gran cantidad de rayos X procedentes de SN 2010da que no debería de emitir una supernova impostora. Nuevas observaciones con el telescopio de rayos X Chandra y el telescopio espacial Hubble permitieron descubrir que la impostora tiene una estrella compañera, una estrella de neutrones. «Si esta estrella compañera es realmente una estrella de neutrones, eso significaría que la estrella de neutrones fue en el pasado una estrella gigante masiva que sufrió su propia explosión de supernova en el pasado», afirma Binder. El hecho de que esta supernova no expulsara la otra estrella, que tiene 20 ó 25 veces la masa del Sol, las convierte en un tipo de sistema binario increíblemente raro».