Creando un mapa de la química necesaria para la vida en Europa
9/4/2013 de JPL
Un nuevo artículo dirigido por un investigador de NASA demuestra que el peróxido de hidrógeno es abundante en gran parte de la superficie de la luna Europa de Júpiter. Los autores argumentan que si el peróxido de la superficie de Europa se mezcla con el océano que hay debajo, podría suponer una importante suministro de energía para formas de vida simples, si existiera allí la vida.
«La vida tal como la conocemos necesita agua líquida, elementos como carbono, nitrógeno, fósforo y azufre, y necesita de algún tipo de energía química o luminosa para mantener los procesos vitales», afirma Kevin Hand, director del artículo, del Jet Propulsion Laboratory, de NASA. «Europa posee el agua líquida y los elementos, y pensamos que los compuestos como el peróxido pueden ser una parte importante de las necesidades energéticas. La disponibilidad de oxidantes como el peróxido en la Tierra fue una parte crítica en la aparición de la vida compleja multicelular».
El peróxido de hidrógeno fue detectado por primera vez en Europa por la misión Galileo de NASA, que exploró el sistema de Júpiter entre 1995 y 2003, pero las observaciones de la Galileo se limitaron a una región concreta. El nuevo resultado muestra que el peróxido está desperdigado por gran parte de la superficie de Europa, y las concentraciones más altas se alcanzan en las regiones de Europa donde el hielo es casi agua pura, con muy poca contaminación de azufre. El peróxido es creado por la intensa radiación que altera el hielo de la superficie de Europa y que se debe a la posición de la luna dentro del fuerte campo magnético de Júpiter.
«Las medidas de la Galileo nos proporcionan importantes pistas sobre lo que podría estar ocurriendo sobre toda la superficie de Europa, y ahora hemos sido capaces de cuantificar esto con nuestras observaciones con el telescopio Keck», afirma Mike Brown. «Lo que todavía desconocemos es cómo se mezclan la superficie y el océano, lo que proporcionaría un mecanismo que permitiría a cualquier tipo de vida usar el peróxido».