Comprueban el límite de velocidad de Einstein
30/7/2013 UC Berkeley
La afirmación de Albert Einstein de que hay un límite de velocidad absoluto – la velocidad de la luz – ha resistido innumerables comprobaciones durante los últimos 100 años, pero esto no ha detenido al postdoc de la Universidad de California Berekley, Michael Hohensee y al estudiante graduado Nathan Leefer, de comprobar si algunas partículas rompen esta ley.
El primer intento del equipo por comprobar esta afirmación de la teoría especial de la relativiad ha demostrado una vez más que Einstein tenía razón, pero Leefer y Hohensee están mejorando el experimento para alcanzar los límites de la teoría aún más – y quizás encontrar una discrepancia que podría ayudar a los físicos a rellenar huecos en las principales teorías sobre el universo de hoy en día.
«Como físico, quiero saber cómo funciona el mundo, y ahora mismo nuestros mejores modelos sobre cómo funciona el mundo – el modelo estándar de física de partículas y la teoría general de la relatividad de Einstein, no encajan a altas energías», afirma Hohensee. «Encontrando los puntos en que los modelos fallan podremos empezar a mejorar esas teorías».
Hohensee, Leefer and Dmitry Budker realizaron la prueba usando una nueva técnica con dos isótopos del elemento disprosio. Midiendo la energía necesaria para cambiar la velocidad de los electrones cuando saltan de un orbital atómico a otro mientras la Tierra gira en un periodo de 12 horas, determinaron que la velocidad máxima de un electrón es la misma en todas las direcciones con una precisión de 17 nanometros por segundo. Sus medias fueron 10 veces más precisas que los intentos anteriores de medir la máxima velocidad de los electrones.
Usando los dos isótopos de disprosio como «relojes», también mostraron que a medida que la Tierra se acerca o aleja del Sol en el curso de dos años, la frecuencia relativa de estos «relojes» permaneció constante, como predice la teoría general de la relatividad de Einstein. Sus límites a anomalías en la física de los electrones que produzcan desviaciones del desplazamiento al rojo gravitacional de Eisntein son 160 veces mejores que los límites experimentales previos.