Cómo fueron creados los «Pilares de la Creación»
27/6/2014 de Royal Astronomical Society
La famosa imagen de los «Pilares de a Creación» tomada por el telescopio espacial Hubble en 1995. Crédito: NASA / ESA / STScI / J. Hester and P. Scowen (Arizona State University)
Los «Pilares de la Creación», una imagen tomada por el telescopio espacial Hubble en 1995, es una de las imágenes astronómicas más famosas. Muestra cómo la intensa radiación y los vientos de estrellas masivas cercanas erosionan las «trompas de elefante» de gas interestelar más frío.
Ahora Scott Balfour, de la Universidad de Cardiff, ha realizado una nueva simulación en la que aparecen estructuras similares con un aspecto notablemente similar al de sus contrapartidas del mundo real. Balfour sugiere que las estrellas que esculpen estas estructuras no ayudan a la formación de nuevas hermanas.
Las estrellas masivas de tipo O, más de 16 veces más ‘pesadas’ que nuestro Sol, viven cortas y dramáticas vidas. Durante su fase más estable en la llamada secuencia principal, tienen temperaturas superficiales de más de 30 000 grados Celsius (en la superficie del Sol la temperatura es de 5500 grados), son potentes fuentes de luz ultravioleta y emiten mucho material en un intenso viento.
Todo esto esculpe sus alrededores. Las estrellas de tipo O calientan todo el gas interestelar de sus alrededores, creando burbujas que actúan como palas de nieve que apartan el material más frío de los alrededores. En estas regiones, cuando el gas es comprimido, se ven grandes cantidades de estrellas nuevas en formación, por lo que muchos científicos argumentan que las estrellas O producen formación estelar.
En este nuevo trabajo, Balfour ha intentado comprobar esta idea simulando el modo en que el gas se comporta durante un periodo de 1,6 millones de años, estudiando lo que ocurriría cuando se forma una estrella masiva en una nube de gas que ya está colapsando sobre su propio peso. La luz de la estrella tipo O crea una burbuja en la nube, tal como se esperaba, pero su futuro puede seguir tres caminos diferentes. Puede expandirse para siempre; o expandirse, contraerse un poco y luego quedar casi en un estado estacionario, o expandirse y contraerse de nuevo hasta el centro de la nube. Balfour ha descubierto que sólo el segundo caso conduce a una prolífica formación estelar, e incluso en este caso, sólo bajo condiciones muy específicas.