Científicos del Keck descubren las galaxias más esponjosas
18/5/2015 de W.M. Keck Observatory / Astrophysical Journal Letters
Un conjunto de manchas no identificadas fue descubierto en el cúmulo de galaxias de Coma, usando la red de telefotos Dragonfly. Uno de estos extraños objetos, Dragonfly 44, fue estudiado en detalle usando el observatorio Keck y confirmado como galaxia ultradifusa. Aunque tiene 60 000 años-luz de tamaño, se encuentra tan lejos que parece sólo un borrón poco brillante. Crédito: P. van Dokkum, A. Romanowsky J. Brodie.
Un equipo internacional de investigadores, dirigido por Pieter van Dokkum de la Universidad de Yale, ha empleado el Observatorio W.M. Keck para confirmar la existencia de la clase más difusa de galaxias conocida en el Universo. Estas «galaxias esponjosas» son casi tan grandes como nuestra Vía Láctea – unos 60 000 años-luz – pero albergan sólo un uno por ciento de sus estrellas. «Si la Vía Láctea fuera un mar de estrellas, entonces estas galaxias recién descubiertas son como briznas de nubes», afirma van Dokkum. «Estamos empezando a formarnos algunas ideas acerca de cómo nacieron y es notable que hayan sobrevivido. Se encuentran en una región del espacio densa, violenta, llena de materia oscura y galaxias que pululan alrededor, así que pensamos que deben de estar rodeadas por sus propios ‘escudos’ de materia oscura invisible que las protegen de este asalto intergaláctico».
Los datos obtenidos en el observatorio Keck demostraron que las «manchas» difusas son muy grandes y están muy lejos, a unos 300 millones de años-luz, en lugar de ser pequeñas y encontrarse cerca. Las manchas ya reciben el nombre de Galaxias UltraDifusas (UDG de sus iniciales en inglés).
Las UDG fueron encontradas en un área del cielo llamada Cúmulo de Coma, donde miles de galaxias se han agrupado en un baile gravitatorio mutuo. «Nuestros objetos esponjosos se añaden a la gran diversidad de galaxias que se conocían previamente, desde elípticas gigantes que brillan mucho más que la Vía Láctea, a las enanas ultracompactas», comenta el profesor Jean Brodie de la Universidad de California, Santa Cruz.
«Ahora el gran reto es averiguar cómo se formaron estos objetos misteriosos», afirma Roberto Abraham, de la Universidad de Toronto. «¿Se trata de ‘galaxias fallidas’ que empezaron bien y a las que luego se les agotó el gas? ¿Eran en el pasado galaxias normales que fueron tan golpeadas en el interior del cúmulo de Coma que se hincharon? ¿O son fragmentos de galaxias que fueron separados y se perdieron por el espacio?».