Chandra ayuda a explicar las galaxias «rojas y muertas»
2/6/2014 de Chandra
Imágenes en rayos X de las galaxias NGC 1399 (arriba izquierda), NGC 4472 (arriba derecha), NGC 4636 (abajo izquierda) y NGC 5044 (abajo derecha). Crédito: NASA/CXC/Stanford Univ/N.Werner et al.
El observatorio de rayos X Chandra ha arrojado nueva luz acerca de la misteriosa razón por la que las galaxias elípticas tienen pocas estrellas jóvenes, si que es tienen alguna. Estos nuevos datos subrayan el importante papel que los agujeros negros supermasivos juegan en la evolución de las galaxias que los albergan.
Dado que la actividad de formación de estrellas en muchas galaxias elípticas ha disminuido hasta niveles muy bajos, estas galaxias albergan sobre todo estrellas de larga vida con masas bajas y color rojo en el óptico. Por ello los astrónomos las llaman galaxias «rojas y muertas».
Anteriormente se pensaba que estas galaxias no contenían grandes cantidades de gas frío – el combustible para la formación de estrellas – lo que ayudaría a explicar la ausencia de estrellas jóvenes. Sin embargo, astrónomos que han empleado el telescopio espacial Herschel de ESA encontraron cantidades sorprendentemente grandes de gas frío en algunas galaxias elípticas gigantes. En una muestra de ocho galaxias, seis contienen grandes reservas de gas frío. Se trata de la primera vez que los astrónomos han encontrado grandes cantidades de gas frío en galaxias elípticas gigantes que no están situadas en el centro de un cúmulo de galaxias masivo.
Con tanto gas frío, los astrónomos esperaban que se estarían formando muchas estrellas en estas galaxias, al contrario de lo que se observa. Los datos de Chandra muestran que el gas caliente del centro de las seis galaxias que contienen gas frío parece mucho más perturbado que en los sistemas donde no hay gas frío. Esta es una señal de que se ha expulsado material desde regiones cercanas al agujero negro central de la galaxia. Estas erupciones posiblemente son producidas en parte por concentraciones de gas frío que han caído hacia el agujero negro. Las erupciones vierten la mayor parte de la energía al centro de la galaxia, donde se encuentra el gas frío, evitando que se enfríe lo suficiente para formar estrellas.