Observan un «estirón» en una protoestrella recién nacida
25/3/2015 de NASA
Imágenes en el infrarrojo de instrumentos del observatorio nacional de Kitt Peak (izquierda) y del telescopio espacial Spitzer de NASA que documentan la erupción en HOPS 383, una joven protoestrella del complejo de formación estelar de Orión. Al fondo, una imagen de gran campo de la región. Crédito: E. Safron et al.; Background: NASA/JPL/T. Megeath (U-Toledo).
Empleando datos de observatorios en órbita, incluyendo el telescopio espacial Spitzer de NASA, e instalaciones en tierra, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una explosión en una estrella que se cree que se encuentra en las fases tempranas de su desarrollo. La erupción, afirman los científicos, revela una repentina acumulación de gas y de polvo en una estrella excepcionalmente joven conocida como HOPS 383.
Las estrellas se forman dentro de fragmentos de nubes de gas frío que colapsan. A medida que la nube se contrae bajo su propia gravedad, su región central se hace más caliente y densa. Al final de este proceso, el fragmento en colapso se ha convertido en una protoestrella central caliente rodeada por un disco polvoriento aproximadamente de la misma masa, rodeado por una densa envoltura de gas y polvo. Los astrónomos llaman a esto una protoestrella de «clase 0».
«HOPS 383 es la primera explosión que hemos visto en un objeto de clase 0, y parece ser la erupción protoestelar más joven que haya sido registrada», afirma William Fischer, del Goddard Space Flight Center de NASA. La fase 0 es corta, durando unos 150 000 años, y es considerada el estado de desarrollo inicial de estrellas como el Sol.
El primer indicio de un aumento de brillo en HOPS 383 se encontró en datos de Spitzer de 2006. En 2008 su brillo se había multiplicado por 35. Según los datos más recientes disponibles, de 2012, la erupción no muestra signos de disminuir. «Una erupción que dura tanto descarta muchas posibilidades, y pensamos que la mejor forma de explicar HOPS 383 es por un aumento repentino en la cantidad de gas que la protoestrella está acretando del disco que tiene alrededor», explica Fischer.