Buscando huérfanas entre los fuegos artificiales del nacimiento de estrellas
30/9/2015 de Gemini Observatory
El complejo de chorros HH 24 emana del denso núcleo de una nube que alberga un pequeño sistema múltiple de protoestrellas conocido como SSV63. La estrella nebulosa al sur es la estrella T Tauri SSV59. (norte arriba, este a la izquierda). Crédito: Travis Rector.
El Observatorio Gemini ha publicado una de las imágenes más detalladas de chorros de gas escapando de una región de estrellas recién nacidas. La región, conocida como complejo Herbig-Haro 24 (HH 24), contiene no menos de seis chorros escapando de un pequeño cúmulo de estrellas jóvenes que se encuentran en el interior de una nube molecular en la dirección de la constelación de Orión.
«Se trata de la mayor concentración de chorros que se conoce», afirma el investigador principal Bo Reipurth del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái (IfA), que añade: «También pensamos que el ambiente tan dinámico hace que algunas de las estrellas de menor masa del área sean expulsadas y nuestros datos con Gemini apoyan esta idea».
Una búsqueda de jóvenes estrellas poco brillantes en el óptico y el infrarrojo ha revelado varias estrellas débiles en el óptico situadas muy lejos del centro de formación de estrellas. En particular, se ha encontrado un halo de cinco estrellas que emiten grandes cantidades de luz roja (H-alfa) alrededor del complejo HH 24, muy lejos del denso núcleo de la nube. Los espectros de estas estrellas muestran que se trata de enanas de tipo M (estrellas de masa muy baja).
La presencia de estas cinco estrellas de masa muy baja tan afuera de la nube de formación estelar es desconcertante, puesto que en su posición actual el gas es demasiado tenue para que la estrellas se hayan formado allí. En cambio, probablemente se trate de protoestrellas huérfanas expulsadas poco después de su nacimiento desde el cercano núcleo de formación estelar. Estas expulsiones ocurren cuando se forman muchas estrellas juntas dentro del mismo núcleo en la nube. Las estrellas apelotonadas empiezan a moverse unas alrededor de las otras en un baile caótico, conduciendo al final a la expulsión de las más pequeñas.