ALMA descubre un remolino de material frío que manifiesta la presencia de un agujero negro supermasivo en crecimiento
6/7/2016 de Chalmers / Astronomy and Astrophysics
Imagen del centro de la galaxia NGC 13777 obtenida por ALMA, que revela un chorro con forma de remolino. La imagen coloreada del centro muestra en rojo las nubes de gas que se alejan de nosotros y en azul las que se acercan, respecto al centro de la galaxia. El esquema de la derecha muestra cómo se mueven estas nubes, ahora observadas de lado. Créditos: CTIO/H. Roussel et al./ESO (panel izquierdo); Alma/ESO/NRAO/S. Aalto (panel central); S. Aalto (panel derecho).
Un equipo de investigadores, dirigido por astrónomos de Chalmers y utilizando el conjunto de radiotelescopios ALMA, ha realizado el sorprendente descubrimiento de un chorro de gas frío, denso, en el centro de una galaxia situada a 70 millones de años luz de la Tierra. El chorro, que tiene una estructura de remolino inusual, proporciona datos nuevos acerca de cómo crecen los agujeros negros supermasivos.
Los astrónomos, dirigidos por Susanne Aalto (Chalmers) ha observado con ALMA la notable estructura del centro de la galaxia NGC 1377, situada a 170 millones de años luz de la Tierra en la constelación de Eridano. «Teníamos curiosidad por esta galaxia debido a su centro brillante, oculto por polvo. Lo que no nos esperábamos era esto: una largo chorro estrecho surgiendo del núcleo de la galaxia», afirma Aalto.
Las observaciones con ALMA revelan un chorro que tiene 500 años luz de longitud y menos de 60 años luz de ancho, viajando a velocidades de por lo menos 800 000 kilómetros por hora. La mayoría de las galaxias albergan un agujero negro supermasivo en sus centros; estos agujeros negros pueden tener masas de entre unos pocos millones a miles de millones de masas solares. Cómo llegaron a ser tan masivos es todavía un misterio para los científicos.
El chorro de NGC 1377 revela la presencia de un agujero negro supermasivo y más cosas. «Los chorros que habitualmente vemos emergiendo de los núcleos de las galaxias son tubos de plasma caliente muy estrechos. Este chorro es muy diferente. Por el contrario, es extremadamente frío y su luz procede de gas denso compuesto de moléculas», afirma. El chorro ha expulsado gas molecular equivalente a dos millones de veces la masa del Sol en un periodo de tiempo de solo medio millón de años, un tiempo muy corto en la vida de una galaxia. Durante esta fase corta y espectacular en la evolución de la galaxia, su agujero negro central supermasivo debe de haber crecido rápidamente», afirma Francesco Costagliola (Chalmers y ORA-INAF, Italia).