Algo nuevo en el Sol: SDO observa una fase tardía en las llamaradas solares
8/9/2011 de NASA
La superficie del Sol baila. Bucles gigantes de material solar magnetizado brotan, se retuercen, y caen de nuevo. Algunos sufren erupciones, disparando llamaradas de radiación y partículas hacia el espacio. Obligados a observar este baile desde lejos, los científicos utilizan todas las herramientas de que disponen para buscar patrones y conexiones que les permitan descubrir la causa de estas grandes explosiones. Cartografiar estos patrones podría ayudar a los científicos a predecir la aparición de fenómenos solares que llegan a la Tierra desde el Sol, interfiriendo con las señales de comunicaciones y de GPS (Global Positioning System).
El análisis de 191 fulguraciones solares desde mayo de 2010 observadas por el Solar Dynamics Observatory (SDO) de NASA, ha mostrado recientemente un nuevo fragmento en el patrón: alrededor de un 15 por ciento de las llamaradas presentan una «fulguración tardía» diferenciada, con duración que va de minutos a horas, que nunca había sido observada completamente. Esta última fase de la fulguración bombea mucha más energía hacia el espacio de lo que se había observado con anterioridad.
«Empezamos a ver todo tipo de cosas nuevas», afirma Phil Chamberlin. «Observamos un gran aumento en las emisiones de media hora a varias horas, a veces más largas que las fases originales, tradicionales, de la llamarada. En el caso del 3 de noviembre de 2010, medir sólo los efectos de la fulguración principal supondría subestimar la cantidad de energía enviada a la atmósfera de la Tierra en un 70 por ciento».
«Durante décadas, nuestro estándar para las fulguraciones ha sido observar los rayos X que emiten y ver cuándo alcanzaban el máximo», comenta Tom Woods, científico solar. «Ésa es nuestra definición de cuándo se produce una llamarada. Pero ahora estamos viendo picos que no se corresponden con el de rayos X».
En mayo de 2010, SDO observó las fulguraciones con su visión en varias longitudes de onda. Registró datos que indicaban que algunas longitudes de onda de la luz no se comportaban en sincronía con los rayos X, sino que alcanzaban su máximo en otros momentos.