Viaje polvoriento cerca del Cinturón de Orión
3/5/2012 de ESO
Una nueva imagen de la región que rodea a la nebulosa de reflexión Messier 78, al norte del Cinturón de Orión, muestra cómo en su interior se enlazan, al igual que las perlas de un collar, las nubes de polvo cósmico. Las observaciones, llevadas a cabo con el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment), utilizan el cálido resplandor de los granos de polvo interestelar para mostrar a los astrónomos el lugar en el cual se están formando nuevas estrellas.
El polvo — la superficie sucia que oculta la belleza de un objeto- puede parecer aburrido y poco interesante. Pero esta nueva imagen de Messier 78 y sus alrededores, en la que podemos ver la radiación de los granos de polvo del espacio en longitudes de onda submilimétricas, demuestra que el polvo puede deslumbrarnos. El polvo es importante para los astrónomos, ya que las nubes densas de gas y polvo constituyen el lugar de nacimiento de nuevas estrellas.
En el centro de la imagen vemos a Messier 78, también conocida como NGC 2068. Vista en el rango visible, esta región es una nebulosa de reflexión, es decir, vemos el brillo azul pálido de la luz de las estrellas reflejado desde las nubes de polvo.
En esta imagen de APEX, las observaciones llevadas a cabo en el rango visible están marcadas con un color naranja. Al ser sensibles a longitudes de onda más largas, muestran el brillo suave de densas formaciones frías de polvo, algunas de las cuales están por debajo de los -250ºC. En el rango de luz visible, este polvo es oscuro y opaco, motivo por el cual telescopios como APEX son tan importantes para el estudio de estas nubes de polvo en las cuales nacen las estrellas.