Un misterioso penacho en Marte intriga a los científicos
17/2/2015 de ESA / Nature
Observaciones de una misteriosa estructura (marcada por la flecha amarilla), en el limbo del Planeta Rojo, el 20 de marzo de 2012. La observación fue realizada por el astrónomo W. Jaeschke. La imagen se muestra con el polo norte hacia abajo y el polo sur arriba. Crédito: W. Jaeschke.
Unos penachos que se elevan a gran altura sobre la superficie de Marte están provocando el interés de los científicos que estudian la atmósfera del Planeta Rojo.
En dos ocasiones diferentes, en marzo y en abril de 2012, astrónomos aficionados anunciaron la formación de estructuras con clara forma de penachos en el planeta. Los penachos alcanzaron alturas de 2500 km sobre la misma región de Marte en ambas ocasiones. Por comparación, estructuras similares observadas en el pasado no excedieron los 100 km.
“A 250 km, la separación entre la atmósfera y el espacio exterior es muy delgada, así que estos penachos fueron extremadamente inesperados”, afirma Agustin Sanchez-Lavega de la Universidad del País Vasco en España, autor principal del artículo que anuncia estos resultados en la revista Nature.
Las estructuras se desarrollaron en menos de 10 horas, cubriendo un área de hasta 1000×500 km, y permanecieron visibles durante unos 10 días, cambiando su estructura día a día. Ninguna de las naves espaciales en órbita alrededor de Marte las observaron debido a la geometría de sus campos de visión y las condiciones de iluminación en esos días.
Sin embargo, consultando imágenes de archivo del telescopio espacial Hubble tomadas entre 1995 y 1999, y bases de datos de astrónomos aficionados desde 2001 a 2014, se han encontrado nubes ocasionales en el limbo de Marte, aunque sólo de hasta 100 km de altitud. Pero un conjunto de imágenes del Hubble del 17 de mayo de 1997 reveló un penacho anormalmente alto, similar al observado por los astrónomos aficionados en 2012.
Los científicos están ahora trabajando en la determinación de la naturaleza y causa de los penachos, empleando datos del Hubble en combinación con imágenes tomadas por aficionados. Podría tratarse de nubes reflectantes de hielo de agua, hielo de dióxido de carbono o de partículas de polvo. O que estén relacionadas con auroras.