Un escurridizo efecto, medido durante el último tránsito de Venus
12/12/2012 de INAF
Un equipo de astrónomos italianos ha realizado una medida dificilísima, para la cual ha sido necesario utilizar la instrumentación más avanzada junto con una técnica muy original, que ha incluso involucrado a la Luna como espejo astronómico natural.
La medida en cuestión es la del efecto que tuvo lugar durante el tránsito de Venus por delante del Sol el pasado 6 de junio, llamado Rossiter-McLaughlin. Es un fenómeno que ocurre cuando un cuerpo celeste se encuentra pasando por delante de una estrella, ocultando una parte de su superficie en rotación, y que se manifiesta como una distorsión temporal en los perfiles de las líneas del espectro de luz procedente de la estrella eclipsada. Este fenómeno ya se ha observado en sistemas compuestos de dos estrellas que se eclipsan una a la otra, pero es más difícil de observar cuando el cuerpo celeste es del tamaño de un planeta, y además ni siquiera grande, como sería Júpiter, sino más bien de dimensiones análogas a las de la Tierra, justo como ha sido el caso del tránsito de Venus.
La medida de este efecto débil observable en la luz procedente de otros sistemas planetarios gracias a telescopios de la próxima generación, como el E-ELT (European Extremely Large Telescope) será un instrumento útil en el ámbito de la investigación de los planetas extrasolares. Los astrónomos podrán de hecho conocer importantes parámetros orbitales en aquéllos sistemas, mejorando también nuestros conocimientos acerca de la historia de su formación.