Un descubrimiento que proporciona datos sobre el interior de los planetas
14/1/2016 de The University of Edinburgh / Nature
Estos cortes ilustran los modelos del interior de los planetas gigantes. Júpiter es mostrado con un núcleo rocoso rodeado por una profunda capa de hidrógeno metálico. Fuente: Lunar and Planetary Institute.
Los científicos han recreado una escurridiza forma de hidrógeno que constituye una gran parte de los planetas gigantes del Sistema Solar. Así, una serie de experimentos ha permitido atisbar una clase de hidrógeno nunca antes observada que existe sólo a presiones extremadamente altas, más de 3 millones de veces la de la atmósfera de la Tierra.
El hidrógeno, que es de los elementos más abundantes del Universo, se piensa que se encuentra bajo esta forma de alta presión en los interiores de Júpiter y Saturno. También podría encontrarse en el Sol.
Investigadores de todo el mundo han intentado durante años crear esta forma del hidrógeno, conocida como el estado metálico, que se considera el santo grial de este campo de la física. Se cree que esta forma de hidrógeno constituye la mayor parte de los interiores de Júpiter y Saturno. Las formas metálica y atómica del hidrógeno, formadas bajo presiones elevadas, fueron predichas teóricamente por primera vez hace 80 años. Los científicos han intentado confirmarlo con experimentos de laboratorio durante las últimas cuatro décadas sin éxito.
En este estudio, un equipo de físicos de la Universidad de Edimburgo empleó dos diamantes para comprimir moléculas de hidrógeno a presiones récord, analizando su comportamiento. Descubrieron que a presiones equivalentes a 3.25 millones de veces la de la atmósfera de la Tierra, el hidrógeno entraba en una nueva fase sólida, llamada fase V y empezaba a mostrar algunas propiedades interesantes e inusuales. Sus moléculas comenzaron a separarse en átomos individuales mientras que los electrones de los átomos se empezaban a comportar como los de un metal.
Los investigadores afirman que la fase recién encontrada es sólo el principio de la separación molecular y que son necesarias presiones todavía más altas para crear el estado atómico puro y el metálico predichos por la teoría.