Seguimiento a largo plazo y en alta resolución de erupciones en la luna Io de Júpiter
24/10/2016 de UC Berkeley / Icarus
Imagen en alta resolución de Io que muestra puntos calientes (Loki Patera y Amaterasu Patera) visibles desde la Tierra solo con óptica adaptativa instalada en los telescopios más grandes del planeta, Keck y Gemini. Crédito: UC Berkeley.
La luna Io de Júpiter continúa siendo el cuerpo volcánico más activo del Sistema Solar, tal como ha quedado documentado en la serie más larga de observaciones frecuentes en alta resolución de la emisión termal de la luna.
Utilizando la óptica adaptativa en el infrarrojo cercano instalada en dos de los telescopios más grandes del mundo (el Keck de 10m y el Gemini North de 8m), astrónomos de UC Berkeley han seguido 48 zonas calientes volcánicas en la superficie de Io durante un periodo de 29 meses, entre agosto de 2013 y finales de 2015. Sin la óptica adaptativa (una técnica que elimina el emborronamiento atmosférico y crea una imagen nítida), Io es una simple bola borrosa. La óptica adaptativa puede distinguir estructuras separadas sólo unos pocos cientos de kilómetros en la superficie de Io, que tiene 3600 kilómetros de diámetro.
Algunas de las erupciones parecen progresar por la superficie con el paso del tiempo, como si cada una iniciara otra a 500 km de distancia. “Aunque es un desafío para la imaginación pensar en un mecanismo que pueda operar a distancias de 500 kilómetros, el volcanismo de Io es mucho más extremo que nada de lo que hay en la Tierra y continúa asombrándonos”, comenta Katherine de Kleer (UC Berkeley).
Los investigadores observaron un sorprendente número de erupciones intensas pero de duración corta, que aparecían de repente y desaparecían en cuestión de días, todas ellas en el hemisferio posterior de Io y no en el delantero, como preveían los modelos teóricos, y a latitudes más altas que la mayoría de las erupciones típicas.