Reconstruyen un antiguo impacto que hace pequeño al que extinguió a los dinosaurios
10/4/2014 de American Geophysical Union
Imagina esto: un asteroide masivo, casi tan grande como Rhode Island (que mide 77 km de largo) y entre tres y cinco veces mayor que la roca que se piensa que acabó con los dinosaurios, choca contra la Tierra. La colisión excava un cráter en la corteza del planeta de casi 500 km de ancho: mayor que la distancia de Santiago de Compostela a Madrid (en línea recta), y hasta dos veces y media mayor en diámetro que el agujero formado por el asteroide que mató a los dinosaurios. Las ondas sísmicas mayores que cualquier terremoto de que se tenga datos sacuden el planeta durante media hora por todos los sitios (esto es unas seis veces durante más tiempo que el enorme terremoto que golpeó Japón hace tres años). El impacto también produce tsumanis muchas veces más profundos que el que siguió al terremoto japonés.
Aunque los científicos habían imaginado la posible existencia de enormes impactos antiguos, mucho mayores que el que pudo haber eliminado a los dinosaurios hace 65 millones de años, ahora un nuevo estudio revela la potencia y escala de un suceso cataclísmico de hace unos 3260 millones de años, que se piensa creó formaciones geológicas que se encuentran en la región sudafricana conocida como el cinturón de rocas verdes Barberton.
El enorme impactor (de entre 37 a 58 kilómetros) colisionó con el planeta a 20 kilómetros por segundo. La sacudida, mayor que un terremoto de magnitud 10.8, produjo ondas sísmicas a cientos de kilómetros a través de la Tierra, rompiendo rocas y produciendo otros terremotos grandes. Tsunamis de miles de metros de profundidad – mucho mayores que los tsunamis recientes creados por terremotos -se desplazaron los los océanos que cubrían la mayor parte de la Tierra en aquella época.
El cielo se habría teñido de rojo por el calor, la atmósfera se habría llenado de polvo y las superficies de los océanos habrían hervido, según estimaciones de los investigadores. El impacto mandó roca vaporizada a la atmósfera, que rodeó el globo y condenso en gotas pequeñas líquidas antes de solidificar y caer sobre la superficie, según los investigadores.