“Macarrones” oscuros podrían estar escondidos en la Vía Láctea
22/1/2016 de CSIRO / Science
En el gas interestelar de nuestra Galaxia la Vía Láctea se han encontrado nódulos que podrían tener forma de macarrón, lámina de lasaña o avellana, que cambiarán radicalmente lo que sabemos sobre las condiciones en que se encuentra este gas. Crédito: GARFIELD: Paws. Usado con permiso. Diseño de CSIRO.
Estructuras invisibles con forma de macarrón, lámina de lasaña o avellana podrían estar flotando por nuestra Galaxia, cambiando radicalmente lo que pensamos acerca de las condiciones en que se encuentra el gas que llena el espacio entre las estrellas de la Vía Láctea.
El Dr. Keith Bannister de CSIRO y sus colaboradores han publicado las observaciones de una de estas formaciones, que les han permitido determinar por vez primera la forma que tienen. Las observaciones fueron posibles gracias a una técnica innovadora que los científicos han utilizado con el conjunto de radiotelescopios Compact Array del CSIRO en Australia oriental.
Los astrónomos encontraron las primeras pistas acerca de estos misteriosos objetos hace 30 años cuando observaron que las ondas de radio procedentes de una brillante galaxia lejana llamada cuásar cambiaban alocadamente en intensidad. Dedujeron que este comportamiento se debía al efecto de la ‘atmósfera’ invisible de nuestra Galaxia, un gas tenue de partículas con carga eléctrica que llena el espacio que hay entre las estrellas. “Los nódulos de este gas funcionan como lentes, enfocando y desenfocando las ondas de radio, haciéndolas parecer más intensas o menos en periodos de días, semanas o meses”, comenta el Dr. Bannister.
Los astrónomos observaron el comportamiento como lente del cuásar PKS 1939–315, en la constelación de Sagitario, durante un año. Los datos demuestran que esta lente no puede ser un nódulo sólido o tener la forma de una lámina doblada. “Podríamos estar viendo una lámina recta, de canto”, comenta otro miembro del equipo, el Dr. Cormac Reynolds. “O podríamos estar viendo el interior de un cilindro hueco como un macarrón, o una capa esférica como una avellana”, prosigue Reynolds. Los investigadores confían en que con más observaciones podrán definir la geometría del objeto.