Partículas de polvo lejanas
20/10/2015 de Max Planck Institute for Solar System Research (MPS) / The Astrophysical Journal
La misión Ulysses fue un proyecto conjunto de NASA y ESA. Uno de los objetivos de la misión era medir las partículas de polvo interestelar que penetran en el Sistema Solar. Crédito: ESA.
Cuando en 1990 la sonda solar Ulysses se embarcó en su viaje de exploración de 19 años, los investigadores que participaban volvieron su atención no sólo al Sol sino también a otros objetos significativamente más pequeños: partículas de polvo interestelar procedentes de las profundidades del espacio que entran en nuestro Sistema Solar. Ulysses fue la primera misión con el objetivo de medir estos diminutos visitantes y detectó con éxito más de 900 de ellos.
“Bajo la influencia del Sol y del campo magnético interplanetario, las partículas de polvo cambian sus trayectorias”, explica Peter Strub del MPS. Dependiendo de la masa de las partículas, la atracción gravitatoria y la presión de radiación del Sol así como del campo magnético interplanetario dentro del Sistema Solar cambian su dirección de vuelo y velocidad. “Dado que el Sol y particularmente el campo magnético interplanetario están sujetos a un ciclo de aproximadamente doce años, las medidas a largo plazo pueden revelar realmente esta influencia”, añade el investigador.
A partir de los datos de más de 900 partículas los investigadores pudieron extraer la información más detallada de la masa, tamaño y dirección de vuelo del polvo interestelar hasta la fecha. Las simulaciones por computadora ayudaron a entender las diferentes contribuciones del Sol y del campo interplanetario y separarlas.
El estudio confirma análisis anteriores según los cuales el polvo interestelar siempre atraviesa el Sistema Solar aproximadamente en la misma dirección. Es la dirección en la que el Sistema Solar y la Nube Interestelar Local se mueven uno relativo a la otra. “Las pequeñas desviaciones respecto de esta dirección principal dependen de las partículas y de la influencia del Sol”, comenta Strub. Sin embargo, en 2005 las partículas alcanzaron el detector de polvo desde una dirección diferente. “Nuestras simulaciones sugieren que este efecto es probablemente debido a variaciones en los campos magnéticos solar y planetario”, comenta Veerle Sterken.