Observan en tiempo real tubos de plasma sobre nuestras cabezas
2/6/2015 de University of Sydney / Geophysical Research Letters
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Empleando un radiotelescopio de modo creativo para ver en 3D, un equipo de astrónomos ha detectado la existencia de estructuras tubulares de plasma en las capas interiores de la magnetosfera que rodea la Tierra. “Durante 60 años los científicos han creído en la existencia de estas estructuras pero tomando imágenes de ellas por primera vez hemos proporcionado la evidencia visual de que realmente están allí”, afirma Cleo Loi, investigadora de la Universidad de Sydney.
“El descubrimiento de las estructuras es importante porque pueden producir distorsiones involuntarias de señales que podrían, por ejemplo, afectar a nuestros sistemas de navegación civiles y militares basados en satélites. Así que necesitamos comprenderlas”, afirma Loi.
La región del espacio que rodea la Tierra ocupada por su campo magnético, llamada magnetosfera, está llena de plasma que se crea en la atmósfera al ser ionizada por la luz del Sol. La capa más interna de la magnetosfera es la ionosfera y por encima se encuentra la plasmasfera. Ambas están ocupadas por una gran variedad de estructuras del plasma con extrañas formas incluyendo, tal como se ha observado ahora, los tubos.
“Hemos determinado que se encuentran a unos 600 kilómetros por encima del suelo, en la alta ionosfera y que parece que siguen más arriba hacia la plasmasfera. Esto es más o menos donde acaba la atmósfera neutra y estamos pasando al plasma del espacio exterior”, explica Loi.
Empleando el radiotelescopio Murchison Widefield Array (MWA), Loi descubrió que podía cartografiar grandes zonas del cielo e incluso explotar la capacidad para tomar instantáneas rápidas del MWA para crear una película, captando de modo efectivo los movimientos en tiempo real del plasma. “Observamos un sorprendente patrón en el cielo donde las bandas de plasma de alta densidad claramente alternaban con bandas de plasma de baja densidad. Este patrón se mecía lentamente y se alineaba bellamente con las líneas del campo magnético de la Tierra, como auroras”, explica Loi.