Nuevo modo de estudiar las atmósferas de los exoplanetas
28/6/2012 de ESO
Por primera vez, una nueva e ingeniosa técnica ha permitido a los astrónomos estudiar la atmósfera de un exoplaneta en detalle — incluso sin la necesidad de que pase delante de su estrella anfitriona. Un equipo internacional ha utilizado el Very Large Telescope (VLT) de ESO para captar directamente el débil brillo del planeta Tau Boötis b. Por primera vez, han estudiado la atmósfera del planeta y medido su órbita y su masa de forma muy precisa — resolviendo así un antiguo problema con quince años de antigüedad. Sorprendentemente, el equipo también a descubierto que la atmósfera del planeta parece más fría cuanto más se aleja de la superficie, lo contrario de lo que se esperaba. Los resultados se publicarán en el número del 28 de junio de 2012 de la revista Nature.
El planeta Tau Boötis b fue uno de los primeros exoplanetas descubiertos en 1996, y sigue siendo uno de los exoplanetaos más cercanos que se conocen. Pese a que su estrella anfitriona es fácilmente visible a simple vista, obviamente el propio planeta no lo es, y hasta el momento solo podía detectarse por sus efectos gravitatorios sobre la estrella. Tau Boötis b es un gran “júpiter caliente” que orbita muy cerca de su estrella anfitriona.
Como muchos exoplanetas, este no transita el disco de su estrella (como en el reciente tránsito de Venus). Hasta ahora estos tránsitos eran esenciales para permitir el estudio de las atmósferas de los jupiteres calientes: cuando un planeta pasa frente a su estrella las propiedades de su atmósfera quedan impresas en la luz de la estrella. Como no hay luz estelar que brille a través de la atmósfera de Tau Boötis b hacia nosotros, la atmósfera del planeta no ha podido ser estudiada antes.
Pero ahora, tras 15 años intentando estudiar el débil brillo que emiten exoplanetas de tipo júpiter caliente, los astrónomos han podido finalmente estudiar, de forma fidedigna, la estructura de la atmósfera de Tau Boötis b y deducir su masa de un modo preciso por primera vez. El equipo utilizó el instrumento CRIRES, instalado en el Very Large Telescope (VLT) en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile. Combinaron observaciones infrarrojas de alta calidad (en longitudes de onda de alrededor de 2,3 micras) con un nuevo e ingenioso truco para extraer la débil señal del planeta a partir de la luz mucho más potente emitida por la estrella anfitriona.