Nuevas moléculas alrededor de estrellas viejas
19/6/2014 de ESA
En la imagen se muestra la Nebulosa de la Hélice, primero en longitudes de onda de luz visible, observada por el telescopio Hubble, y luego en longitudes de onda de unos 250 micrómetros tomada por el instrumentos SPIRE de Herschel. También se muestra un espectro de la región marcada en la imagen, mostrando una clara señal de CO y OH+ en las irregulares regiones exteriores de la nebulosa planetaria. Crédito de la imagen del telescopio Hubble: NASA/ESA/C.R. O’Dell (Vanderbilt University), M. Meixner & P. McCullough (STScI). Crédito de los datos de Herschel: ESA/Herschel/SPIRE/MESS Consortium/M. Etxaluze et al.
Empleando el observatorio espacial Herschel de ESA un grupo de astrónomos ha descubierto que una molécula vital para crear agua está presente en las ardientes brasas de las estrellas similares al Sol agonizantes.
Una estrella como el Sol quema hidrógeno de forma estable en su núcleo durante miles de millones de años. Pero una vez el combustible se empieza a agotar, la estrella central se hincha hasta convertirse en una gigante roja, haciéndose inestable y expulsando sus capas exteriores para formar una nebulosa planetaria. El núcleo que aún queda se acaba convirtiendo en una enana blanca caliente que vierte radiación ultravioleta a su alrededor.
La intensa radiación puede destruir moléculas que anteriormente habían sido expulsadas por la estrella y que se encuentran en concentraciones o anillos de material observados en la periferia de las nebulosas planetarias. Se asumía también que esta fuerte radiación restringía la formación de nuevas moléculas en esas regiones.
Pero en dos estudios separados de datos tomados por Herschel, los astrónomos han descubierto que a una molécula vital para la formación de agua parece que le gusta particularmente este duro ambiente, e incluso quizás dependa de él para formarse. La molécula, conocida como OH+, es una combinación cargada positivamente de oxígeno simple y átomos de hidrógeno.