Los asteroides “tránsfugas” podrían ser muy comunes en el espacio
30/01/2014 de Nature/MIT
Para hacerse una idea de cómo se formó el primitivo Sistema Solar, los científicos a menudo observan a unos buenos aliados: los asteroides. Estas reliquias de roca y polvo representan lo que los planetas de hoy pudieron haber sido antes de que se diferenciaran en cuerpos con núcleo, manto y corteza.
En el año 1980, la visión que tenían los científicos de los asteroides de nuestro Sistema Solar era esencialmente estática: asteroides que se formaron y se mantuvieron cerca del Sol; los que se crearon a mayor distancia quedaron en las afueras. Pero en la última década, los astrónomos han detectado asteroides con composiciones inesperadas para sus ubicaciones en el espacio: los que parecían haberse formado en ambientes más cálidos fueron encontrados más lejos del Sistema Solar, y viceversa. Los científicos consideran que estos objetos son anómalos asteroides “tránsfugas”. Y no es un chiste.
Pero ahora, un nuevo mapa desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Observatorio de París indica el tamaño, la composición y la localización de más de 100.000 asteroides en todo el Sistema Solar. Además, muestra cómo los asteroides “tránsfugas” en realidad son más comunes de lo que se pensaba. En concreto, en el Cinturón de asteroides (ubicado entre Marte y Júpiter), los investigadores han encontrado una mezcla de asteroides diversos en su composición.
El nuevo mapa de asteroides sugiere que el primitivo Sistema Solar podría haber sufrido cambios dramáticos antes de que los planetas se asentaran en su actual alineación. Por ejemplo, el planeta gaseoso Júpiter se podría haber desplazado más cerca del Sol, arrastrando consigo una cantidad de asteroides formados originalmente en los bordes más fríos del Sistema Solar antes de ubicarse en su posición actual. La migración de Júpiter pudo haber golpeado simultáneamente a muchos asteroides, esparciéndolos hacia fuera.
“Todo lo que estaba allí se mueve, por lo que constituye una combinación de materiales procedentes de todo el Sistema Solar”, señala Francesca DeMeo, que realizó gran parte de la cartografía como un post-doctorado en el Departament of Earth, Atmospheric and Planetary Sciences, del MIT. DeMeo asegura que el nuevo mapa ayudará a los teóricos a dar cuerpo a esas teorías de cómo el Sistema Solar evolucionó temprano en su historia. Ella y Benoit Carry (del Observatorio de París) han publicado los detalles del mapa en la revista Nature.