Las nubes marcianas de dióxido de carbono, relacionadas con ondas gravitatorias atmosféricas
15/2/2012 de American Geophysical Union Journal
El 4 de marzo de 1997 la sonda Mars Pathfinder atravesó la delgada atmósfera marciana. Durante su descenso, los instrumentos de la sonda registraron los cambios en la temperatura, presión y densidad de la atmósfera. Dentro de este perfil atmosférico, los investigadores identificaron bolsas de aire frío anómalas dentro de la mesosfera marciana (a 60-90 kilómetros de altura desde la superficie). Las medidas orbitales posteriores confirmaron la existencia de estas bolsas frías, añadiendo al misterio la detección de nubes que contienen de dióxido de carbono.
Los investigadores sospecharon ya en 1998 que estas bolsas de aire frío, y por tanto las condiciones favorables para la condensación del dióxido de carbono, eran producto de ondas de gravedad atmosféricas en la mesosfera marciana. Esta hipótesis ha permanecido sin comprobar durante mucho tiempo hasta que los avances en modelos atmosféricos a escalas intermedias y globales han permitido a A. Spiga y sus colaboradores confirmar que las ondas gravitatorias son un mecanismo potencialmente viable para producir las condiciones necesarias en la mesosfera.
Los autores encuentran que las ondas gravitatorias, producidas en el modelo cuando el viento se levanta y pasa sobre una montaña, podrían causar variaciones de temperatura en la mesosfera de hasta 12 grados Celsius. Sugieren un enfriamiento de esta magnitud, si casualmente coincide con un cambio mayor de temperatura atmosférica, podría colocar las temperaturas de la mesosfera unos cuantos grados por debajo de los -80 grados Celsius, que son el punto de condensación del dióxido de carbono. Combinando los resultados de sus modelos a escalas más pequeñas con los resultados de un modelo de circulación general marciano, los autores encuentran que pueden explicar así los patrones de distribución de las nubes de dióxido de carbono que están de acuerdo con los registros observacionales.