Las fases de la luna afectan a la cantidad de lluvia
1/2/2016 de University of Washington / Geophysical Research Letters
El panel (a) muestra cómo la fuerza de gravedad de la Luna afecta a la Tierra y su atmósfera. Es más intensa justo debajo de la Luna y más débil en la cara de la Tierra opuesta a la Luna. El planel (b) muestra la diferencia en la fuerza sentida en varios lugares de la Tierra comparada con la sentida por el centro de la Tierra. Estos diagramas muestran como la Tierra y su atmósfera son deformadas por la atracción gravitatoria de la Luna. Fuente: Christofer Palma / Penn State University.
Cuando la Luna está alta en el cielo, crea un abultamiento en la atmósfera del planeta que produce cambios imperceptibles en la cantidad de lluvia que cae. Esto es lo que afirma un estudio nuevo de la Universidad de Washington (UW) que demuestra que las fuerzas lunares afectan a la cantidad de lluvia, aunque muy poco.
El estudiante de doctorado Tsubasa Kohyama se encontraba estudiando ondas atmosféricas cuando detectó en los datos una ligera oscilación en la presión del aire. Él y el profesor John (Michael) Wallace han pasado dos años estudiando el fenómeno.
Los cambios de presión en el aire relacionados con las fases de la Luna fueron detectados por primera vez en 1847. En un artículo anterior los investigadores de UW estudiaron los datos tomados por una red global para confirmar que la presión del aire en la superficie claramente cambia con las fases de la Luna. “Cuando la Luna está justo encima o justo debajo la presión del aire es mayor”, afirma Kohyama.
Ahora, su nuevo artículo es el primero que demuestra que la atracción gravitatoria de la Luna también disminuye ligeramente la cantidad de lluvia.
Cuando la Luna está arriba su gravedad hace que la atmósfera se deforme con un bulto dirigido hacia ella, así que la presión o peso de la atmósfera en esa cara del planeta aumenta. Presiones más altas producen incrementos en la temperatura de las zonas de aire que tienen debajo. Dado que el aire más caliente puede contener más humedad, esas mismas zonas se encuentran ahora más lejos de su límite de saturación.
Kohyama y Wallace estudiaron 15 años de datos tomados por un satélite de NASA y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, entre 1998 y 2012, para demostrar que, efectivamente, la lluvia es ligeramente menor cuando la Luna está en lo alto. El cambio es de sólo un 1% de la variación total en las precipitaciones, así que no es suficiente como para tener consecuencias sobre otros aspectos del tiempo meteorológico o para que la gente note la diferencia.