La superviviente de una colisión estelar es un nuevo tipo de estrella pulsante
1/7/2013 de Keele University / Nature
Un equipo de astrónomos del Reino Unido, Alemania y España ha observado el remanente de una colisión estelar y ha descubierto que su brillo varía en un modo nunca antes observado para este raro tipo de estrella. Analizando los patrones de estas variaciones de brillo los astrónomos conocerán qué ocurre realmente cuando dos estrellas chocan.
Las estrellas como nuestro Sol se expanden y enfrían, volviéndose estrellas gigantes rojas cuando el hidrógeno que alimenta la fusión nuclear en sus núcleos empieza a agotarse. Muchas estrellas nacen en sistemas binarios por lo que una estrella gigante roja en expansión colisionará a veces con una estrella compañera en órbita. La estrella gigante roja puede ser despojada de hasta el 90% de la masa en una colisión estelar, pero los detalles de este proceso no se comprenden demasiado bien. Sólo se conocen unas pocas estrellas que hayan salido recientemente de un choque estelar, así que ha sido difícil estudiar la conexión entre colisiones estelares y los diferentes sistemas estelares exóticos que producen. Cuando un sistema binario eclipsante que contiene una estrella así apareció mientras buscaban planetas extrasolares, el Dr. Pieree Maxted y sus colaboradores decidieron usar la cámara de alta velocidad ULTRACAM para estudiar los eclipses de la estrella en detalle. Estas nuevas medidas de brillo a alta velocidad demuestran que el remanente de la estrella roja es un nuevo tipo de estrella pulsante.
Muchas estrellas, incluyendo nuestro Sol, varían en brillo debido a las pulsaciones provocadas por ondas de sonido que rebotan por el interior de la estrella. Tanto para el Sol como para la nueva estrella variable, cada ciclo de pulsación tarda 5 minutos. Estas pulsaciones pueden ser empleadas para estudiar las propiedades de una estrella por debajo de su superficie visible. Los modelos de computadora producidos por el equipo que ha realizado el descubrimiento muestran que las ondas de sonido permiten estudiar hasta el centro de la nueva estrella pulsante. Se han planeado observaciones futuras de esta estrella para averiguar cuánto tardará la estrella en empezar a enfriarse y debilitarse para producir un cadáver estelar (“enana blanca”) de masa anormalmente baja.