La Luna jugó un papel principal en mantener el campo magnético de la Tierra
18/4/2016 de CNRS / Earth and Planetary Science Letters
![The gravitational effects associated with the presence of the Moon and Sun cause cyclical deformation of the Earth's mantle and wobbles in its rotation axis. This mechanical forcing applied to the whole planet causes strong currents in the outer core, which is made up of a liquid iron alloy of very low viscosity. Such currents are enough to generate the Earth's magnetic field.](http://www2.cnrs.fr/sites/en/image/diapositive1_en_a.jpg)
Los efectos gravitatorios asociados con la presencia de la Luna y el Sol causan una deformación cíclica del manto de la Tierra y oscilaciones en su eje de giro. Esta fuerza mecánica aplicada al planeta entero produce fuertes corrientes en el núcleo exterior, que está hecho de una aleación de hierro líquido de viscosidad muy baja. Tales corrientes son suficiente para generar el campo magnético de la Tierra. Crédito: Julien Monteux y Denis Andrault.
El campo magnético de la Tierra nos protege permanentemente de las partículas cargadas y de la radiación que se origina en el Sol. Este escudo es producido por la geodinamo, el movimiento rápido de cantidades enormes de una aleación de hierro líquido en el núcleo exterior de la Tierra. Para mantener ese campo magnético hasta hoy en día, el modelo clásico indicaba que el núcleo de la Tierra se tenía que haber enfriado unos 3000 ºC durante los últimos 4300 millones de años. Ahora un equipo de investigadores del CNRS y la Universidad Blaise Pascal sugiere que, en cambio, su temperatura sólo ha descendido 300 ºC. La acción de la Luna, ignorada hasta ahora, se piensa que ha compensado esta diferencia y ha mantenido la geodinamo activa.
Según el modelo clásico, para que funcionase la geodinamo, el núcleo de Tierra tendría que haber estado completamente fundido hace 4 mil millones de años y su núcleo habría tenido que enfriarse lentamente desde unos 6800 ºC en aquella época a 3800 ºC hoy en día. Sin embargo, modelos recientes de la evolución de la temperatura interna del planeta junto con estudios geoquímicos de la composición de las carbonatitas y basaltos más viejos no apoyan un enfriamiento de esta magnitud. Una vez descartadas estas temperaturas tan altas los investigadores han propuesto otra fuente de energía en su estudio.
La Tierra posee una forma ligeramente achatada y gira alrededor de un eje inclinado que oscila alrededor de los polos. Su manto se deforma elásticamente debido a los efectos de marea causados por la Luna. Los investigadores han demostrado que este efecto podría estimular continuamente el movimiento de la aleación de hierro líquido que constituye el núcleo exterior y, a cambio, generar el campo magnético de la Tierra.