Espiando las microlunas de Saturno
11/2/2016 de ESA
Espiando las microlunas de Saturno. Crédito: NASA/JPL/Space Science Institute
Saturno posee el sistema de anillos más grande del Sistema Solar. Ocupando una región del espacio de 7000 a 80 000 km sobre el ecuador del planeta, estos anillos están compuestos principalmente de partículas de hielo de agua contaminadas con trazas de material rocoso, variando en tamaño desde granos de polvo a fragmentos del tamaño de montañas, mezclados.
Más que un cierto número de anillos concéntricos, el sistema de anillos de Saturno puede visualizarse como un disco con concentraciones de material densas y brillantes junto con regiones menos densas y más oscuras que se encuentran a diferentes radios. Los huecos claros son relativamente raros pero hay un par de separaciones claras (las divisiones de Cassini y de Roche) y varios huecos en los anillos que tienen nombre, estructuras que son creadas y modeladas por las muchas lunas de Saturno. En algunos lugares las lunas han abierto espacios entre los anillos, limpiando sus caminos orbitales de partículas heladas, mientras que en otras regiones los huecos se han abierto debido a resonancias orbitales destructivas.
Los anillos principales son llamados D, C, B, A, F, G y E, en orden creciente de distancia orbital. El anillo F, del cual vemos una sección en esta imagen de la nave espacial Cassini, sólo tiene unos cientos de kilómetros de ancho y es el anillo más activo de los de Saturno, con estructuras que cambian en el curso de unas pocas horas. Tiene dos lunas “pastoras” en órbita justo por dentro y por fuera de sus bordes, llamadas Prometeo y Pandora, respectivamente. Sin embargo, no son los únicos cuerpos en órbita asociados con el anillo F, sino que es también progenitor de numerosos satélites naturales pequeños llamados “microlunas”.
Las microlunas pueden ser detectadas por el modo en que perturban sus alrededores. Una de estas perturbaciones es la mostrada en esta imagen de Cassini; los científicos piensan que una población pequeña de microlunas de diferentes tamaños ha sido la responsable de formar esta estructura cuando chocan y perturban el centro del anillo (algunas de las microlunas pueden verse surgiendo por debajo del anillo justo a la izquierda del centro). De hecho, gran parte de la morfología y comportamiento del anillo F están causadas por los efectos de la atracción gravitatoria y los continuos choques de sus microlunas, a menudo combinados con las perturbaciones producidas por Prometeo.