El observatorio de neutrinos IceCube anuncia la primera evidencia de neutrinos de alta energía extraterrestres
21/5/2013 de University of Wisconsin-Madison
Un telescopio masivo en el hielo antártico anuncia la detección de 28 neutrinos de energía extremadamente alta que podrían tener su origen en fuentes cósmicas. Dos de ellos alcanzaron energías mayores a 1 petaelectronvolt (PeV), un nivel de energía miles de veces más alto que el neutrino de energía más alta producido hasta ahora en un acelerador construido por humanos.
El observatorio de neutrinos IceCube, operado por una colaboración internacional y con sede central en el Wisconsin IceCube Particle Astrophysics Center (WIPAC), identificó los neutrinos. “Estamos viendo por primera vez neutrinos de alta energía que no proceden de la atmósfera”, afirma Francis Halzen, investigador principal de IceCube. “Esto es lo que estábamos buscando”, añade. “Nunca habría imaginado que la ciencia sería más excitante que el construir este instrumento”.
Debido a que raramente interaccionan con la materia y no les detiene la gravedad, los neutrinos pueden transportar información sobre el funcionamiento de los fenómenos de mayores energías y más lejanos del universo. Aunque miles de millones de neutrinos atraviesan la Tierra cada segundo, la vasta mayoría se originan bien en el Sol o en la atmósfera de la Tierra. Mucho más raros son los neutrinos de alta energía que pueden proceder de los sucesos cósmicos más potentes – como estallidos de rayos gamma, agujeros negros o formación estelar – donde serían creados en asociación con rayos cósmicos de alta energía que pueden alcanzar energías de hasta miles de PeVs.
“Sus propiedades son fuertemente incompatibles con lo que esperarías de fuentes atmosféricas y son exactamente las que esperarías de una fuente astrofísica”, afirma Nathan Whitehorn. Es prematuro especular sobre dónde se originaron estos neutrinos, añade, pero la colaboración IceCube continúa refinando y extendiendo el análisis.
IceCube está compuesto por más de 5000 módulos ópticos suspendidos en un kilómetro cúbico de hielo en el Polo Sur.