El Hubble capta nuevos cambios en la Gran Mancha Roja de Júpiter
15/10/2015 de NASA / Astrophysical Journal
Puede verse el movimiento de las nubes de Júpiter en esta animación que permite comparar el primer mapa con el segundo. Ampliando la región de la Gran Mancha Roja en longitudes de onda del azul (izquierda) y del rojo (derecha) las imágenes revelan una estructura en forma de filamento que no había sido vista con anterioridad. Crédito: NASA/ESA/Goddard/UCBerkeley/JPL-Caltech/STScI.
Los científicos han empleado el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA para producir nuevos mapas de Júpiter, el primer planeta en una serie de retratos anuales de los planetas exteriores del Sistema Solar. Reuniendo estas imágenes – que esencialmente son la versión planetaria de la foto anual del colegio de los niños – ayudará a los científicos de hoy en día y del futuro a ver cómo cambian con el tiempo estos mundos gigantes. Las observaciones han sido diseñadas para captar un amplio abanico de características, incluyendo vientos, nubes, tormentas y química atmosférica.
Ya ahora las imágenes de Júpiter han revelado una extraña onda justo al norte del ecuador del planeta y una estructura particular con forma de filamento en el centro de la Gran Mancha Roja que no se había visto con anterioridad.
Las nuevas imágenes confirman que la Gran Mancha Roja continúa encogiendo y tomando una forma más circular, como lo ha estado haciendo durante años. El eje mayor de esta tormenta peculiar es unos 240 kilómetros más corto ahora que en 2014. Recientemente, la tormenta se ha estado reduciendo a un ritmo mayor de lo habitual, pero de acuerdo con la tendencia a largo plazo.
La Gran Mancha Roja es ahora más naranja que roja y su centro, que típicamente tiene un color más intenso, se distingue menos de lo que era habitual. También se observa un inusual filamento delgado ocupando casi toda la anchura del vórtice. Esta corriente filamentaria gira y se retuerce durante el periodo de 10 horas que abarca la secuencia de imágenes de la Mancha, siendo distorsionado por vientos que soplan a 150 metros por segundo o a velocidades incluso mayores.
En el Cinturón Ecuatorial Norte de Júpiter los investigadores han encontrado una escurridiza onda que había sido observada en el planeta sólo una vez antes, hace décadas, por la nave Voyager 2. En esas imágenes la onda apenas era visible y nunca más se había vuelto a observar nada así, hasta ahora que se ha encontrado esta onda viajando a unos 16 grados de latitud norte, en una región salpicada de ciclones y anticiclones. Ondas parecidas – llamadas ondas baroclínicas – aparecen a veces en la atmósfera de la Tierra allí donde se están formando ciclones.