Dawn comprueba la realidad de los estudios de asteroides con telescopios
30/9/2013 de JPL
Asombrados por imágenes del telescopio espacial Hubble y datos tomados desde tierra, los científicos pensaban que el asteroide gigante Vesta se merecía un vistazo más de cerca. Tuvieron una oportunidad en 2011 y 2012, cuando la nave espacial Dawn de NASA orbitó el asteroide gigante, y fueron capaces de comprobar conclusiones previas. Un nuevo estudio que involucra observaciones de Dawn durante ese periodo de tiempo demuestran cómo funciona esta relación con el Hubble y telescopios en tierra, para clarificar nuestro conocimiento de un objeto del sistema solar.
“Dado que la inmensa mayoría de asteroides sólo puede ser estudiada remotamente con telescopio en tierra e instalaciones en el espacio, confirmar la precisión de dichas observaciones empleando mediciones in-situ es importante para nuestra exploración del sistema solar”, afirma Vishnu Reddy, autor principal de un artículo publicado recientemente en la revista Icarus.
Vesta, el segundo asteroide más masivo del cinturón principal de asteroides, se diferencia de la variedad más común de asteroides en que posee una corteza, manto y núcleo como nuestra Tierra. Las primeras observaciones desde tierra de Vesta, que fue descubierto en 1807, mostraron que el color y composición de la superficie de Vesta cambiaban mientras giraba alrededor de su eje. Los astrónomos que usan el Infrared Telescope Facility de NASA en Mauna Kea en Hawaii vieron unidades composicionales claramente diferenciadas. No fue hasta que Dawn llegó a Vesta que los científicos determinaron los detalles finos y la distribución exacta de estas variaciones de color, y la diferencia en composición entre estas regiones.
Una comparación particularmente útil para el trabajo futuro sobre asteroides u otros objetos del sistema solar es comparar los datos de la cámara de Dawn con datos del Hubble. Con el Hubble, los astrónomos observaron por primera vez la gigantesca cuenca de impacto que se encuentra cerca del polo sur de Vesta, y también identificaron numerosas formaciones brillantes y oscuras en Vesta que corresponden a diferentes unidades composicionales. No fue hasta que la cámara de Dawn proporcionó imágenes en alta resolución de Vesta que los científicos pudieron ver los contornos detallados de la cuenca de impacto gigante, que se acabó llamando Rheasilvia, y mostraron lo brillantes que eran los materiales más brillantes y los oscuros que eran los materiales oscuros. Las observaciones de Dawn también mostraron que había una cuenca de impacto más antigua bajo Rheasilvia. Los materiales brillantes parecen ser rocas nativas prístinas de Vesta, mientras que el material oscuro rico en carbono parece haber sido traído a Vesta desde lejos.