Cartografiando el polvo frío del Universo
26/2/2016 de Max Planck Institute for Radio Astronomy in Bonn / Astronomy & Astrophysics
Tres áreas del plano galáctico observadas por la cámara LABOCA de APEX combinadas con imágenes de gran escala tomadas con el satélite Planck. Arriba: un campo de 6×3 grados centrado en el centro galáctico (en la constelación de Sagitario). La fuente brillante a la izquierda del centro es Sgr B2. Abajo izquierda: campo en dirección a la constelación de Escorpio con NGC 6334 como la fuente más brillante. Abajo derecha: campo en dirección a la constelación de Scutum. Crédito: ATLASGAL-Konsortium/Csengeri et al. 2016, A&A 585, A104.
La publicación de imágenes nuevas y espectaculares de la Vía Láctea marcan la finalización del Estudio de gran área de la Galaxia del telescopio APEX (ATLASGAL). El telescopio APEX en Chile, que es una colaboración entre el Instituto Max Planck de Radioastronomía de Bonn, Alemania, el Observatorio Espacial sueco de Onsala y el Observatorio Europeo Austral (ESO), ha cartografiado toda la región del plano galáctico visible desde el hemisferio sur por vez primera en longitudes de onda submilimétricas (entre la luz infrarroja y las ondas de radio) y con más detalle que otros estudios recientes llevados a cabo desde el espacio. El telescopio pionero APEX de 12 metros permite a los astrónomos estudiar el Universo frío: gas, polvo y otros objetos celestes que se encuentran a temperaturas de solo unas pocas decenas de grado sobre el cero absoluto.
Las características únicas del telescopio APEX han permitido al proyecto ATLASGAL obtener una visión detallada de la distribución del denso gas frío a lo largo del plano de la galaxia la Vía Láctea. El estudio completo incluye la mayor parte de las regiones de formación de estrellas de la Vía Láctea.
Los mapas de ATLASGAL cubren un área del cielo de 140 grados de largo por 3 grados de ancho. En el corazón de APEX se encuentran sus sensibles instrumentos. Uno de ellos, LABOCA ( la Gran Cámara Bolométrica), el mayor detector de su clase en el hemisferio sur, fue el utilizado para crear ATLASGAL. LABOCA, construido en el Instituto Max Planck de Radioastronomía de Bonn (Alemania) mide la radiación entrante registrando el leve aumento de temperatura que produce y puede detectar emisiones de las bandas de polvo que oscurecen la luz estelar.
“Si combinamos la alta resolución espacial de los datos de ATLASGAL con las observaciones del satélite Planck de ESA, los datos finales tienen la calidad de los tomados en el espacio con una resolución 20 veces mayor”, afirma Axel Weiß. Esto permite a los astrónomos detectar emisión dispersa por un área mayor del cielo y estimar la fracción de gas denso en la región interior de la Galaxia. Los datos de ATLASGAL también han sido utilizados para crear un censo completo de nubes masivas y frías donde se están formando generaciones nuevas de estrellas.