El telescopio Subaru observa cambios rápidos en la cola de plasma de un cometa
5/3/2015 de Subaru Telescope
Esta animación muestra cambios en la estructura global de la cola de plasma del cometa Lovejoy. Se trata de 3 exposiciones de dos minutos tomadas en la banda I. La hora mostrada a la derecha corresponde al inicio de cada exposición en hora local hawaiana, el 4 de diciembre de 2013. Se observa que la cola se estrecha al pasar el tiempo. Crédito: NAOJ.
Imágenes de una observación en diciembre de 2013 del cometa C/2013 R1 (Lovejoy) revelan detalles claros sobre actividad rápidamente variable en la cola de plasma de dicho cometa.
La cola de plasma de un cometa se forma cuando moléculas de gas y átomos expulsados del cometa se encuentran con el viento solar. Los cambios y perturbaciones del viento solar pueden afectar al comportamiento y aspecto de esta cola de plasma, haciendo que se formen nódulos de material ionizado. El material de la cola de plasma se separa de la coma del cometa y fluye con el viento solar. En ese momento la cola de plasma puede tener un aspecto torcido.
Los cometas adecuados para que los astrónomos observen sus colas de plasma son relativamente raros – uno o dos al año. Durante su paso, la cola de plasma del cometa Lovejoy estaba casi perpendicular (83.5 grados) a la línea visual desde la Tierra. Esto lo convirtió en un excelente candidato para realizar observaciones de la estructura de su cola de plasma con la cámara Suprime-Cam del telescopio Subaru.
Durante las observaciones, el cometa mostró cambios muy rápidos en su cola en el transcurso de sólo 20 minutos. Estos cambios extremos en corto tiempo son el resultado de las interacciones con el viento solar, que está formado por partículas cargadas eléctricamente que fluyen constantemente desde el Sol. La razón de estos cambios rápidos todavía no se conoce bien.
Otro descubrimiento ha sido que los nódulos presentes en la cola de plasma, a unos 300 000 kilómetros del núcleo, se movían a una velocidad relativamente baja, a unos 20 – 25 kilómetros por segundo. Esto es mucho más despacio que lo medido en otros cometas, como el P/Halley, con nódulos que alcanzaban los 58 kilómetros por segundo. El equipo de observadores piensa que en este caso estaban observando el inicio de la aceleración de los nóduclos por el viento solar.