El «grito» de una estrella despedazada anuncia una nueva era en la comprobación de la relatividad
5/9/2012 de NASA / Science Express
El año pasado, los astrónomos descubrieron un agujero negro apagado en una galaxia lejana, que entró en erupción después de descuartizar y consumir una estrella que pasaba. Ahora los investigadores han identificado una clara señal de rayos X observada en los días posteriores a la erupción que procede de materia a punto de precipitarse al agujero negro.
Esta señal, llamada «oscilación casi periódica», o QPO por su nombre en inglés, es una característica de los discos de acrecimiento que rodean a menudo los objetos más compactos del universo – estrellas enanas blancas, estrellas de neutrones y agujeros negros. Los QPOs han sido observados en muchos agujeros negros de masa estelar, y existen indicios de su presencia en algunos agujeros negros que pueden tener masas intermedias, entre 100 y 100 000 veces la masa del Sol.
Hasta este nuevo descubrimiento, los QPOs habían sido detectados sólo alrededor de un agujero negro supermasivo, el tipo que contiene millones de masas solares y está situado en los centros de las galaxias. Ese objeto es la galaxia tipo Seyfert REJ 1034+396, que estando a una distancia de 576 millones de años-luz, se encuentra relativamente cerca.
«El descubrimiento de Swift J1644+57 extiende nuestro alcance hasta el límite más interno de un agujero negro situado a miles de millones de años-luz, lo que es realmente impresionante. Esto nos proporciona una oportunidad de explorar la naturaleza de los agujeros negros y de comprobar la relatividad de Einstein en una época en la que el Universo era muy diferente a cómo lo es hoy», afirma Rubens Reis.