El polvo «flota» sobre la superficie lunar y le da forma
19/12/2016 de NASA / Geophysical Research Letters
Ilustración que muestra partículas de polvo elevándose sobre la superficie por efectos electrostáticos en un laboratorio de NASA (panel central). Estas partículas «levitantes» explicarían el brillo del horizonte observado por las misiones lunares Surveyor 5, 6 y 7 (panel superior). Fuente: NASA.
Una nueva investigación realizada por el Instituto Virtual de Investigaciones del Sistema Solar (SSERVI) de NASA, explica cómo el polvo puede transportarse a grandes distancias sobre la superficie lunar y los anillos de Saturno sin la presencia de vientos o corrientes de agua. Conocer estos procesos fundamentales está ayudando a los científicos a comprender cómo el polvo y la electricidad estática se comportan en cuerpos sin aire y cómo afectan a los sistemas mecánicos y eléctricos instalados en la superficie. Este y otros estudios están ayudando a NASA a resolver cuestiones estratégicas relacionadas con cuerpos sin atmósfera como los asteroides o las lunas Fobos y Deimos de Marte, que serán probablemente etapas en el viaje a Marte.
El fenómeno aparece en forma de serpentinas con forma de rayos a gran altura observadas por los astronautas de las misiones Apollo, o como rayos radiales observados por vez primera por la nave Voyager sobre los anillos de Saturno y los depósitos de polvo fino en cráteres de Eros. Todos estos son ejemplos de transporte de polvo por regiones vastas sin la presencia de vientos o flujos de agua. Los científicos pensaban que podrían explicar estas observaciones con procesos electrostáticos pero hasta ahora no había estudios que apoyaran esta teoría.
Mihaly Horanyi (Universidad de Colorado Boulder, USA) y su equipo han registrado partículas de polvo del tamaño de micras saltando a varios centímetros de altura bajo radiación ultravioleta o exposición a plasmas. En la Luna, estas partículas de polvo se habrían elevado más de 10 centímetros sobre la superficie, lo que ha hecho que los investigadores concluyan que el «brillo del horizonte» de la Luna (observado en imágenes tomadas por las misiones Surveyor 5, 6 y 7 hace cinco décadas) podría haber sido causado en parte por luz solar dispersada por una nube de partículas de polvo elevadas electrostáticamente.
Uno de los hallazgos científicos clave es que la emisión y reabsorción de electrones en las paredes de las microcavidades formadas entre partículas de polvo vecinas puede generar cargas eléctricas inesperadamente grandes así como intensas fuerzas repulsivas entre partículas. Esto puede hacer que las partículas de polvo se muevan y eleven (leviten) sobre la superficie. Y no sólo partículas individuales sino que también pueden ser levantados grandes conglomerados de ellas.