El fantasma de una estrella moribunda
6/8/2015 de ESO
Esta extraordinaria burbuja, que brilla como el fantasma de una estrella en la inquietante oscuridad del espacio, puede parecer sobrenatural y misteriosa, pero es un objeto astronómico familiar: una nebulosa planetaria, los restos de una estrella moribunda. Esta es la mejor imagen obtenida hasta ahora de este objeto poco conocido, ESO 378-1, captada por el VLT (Very Large Telescope) de ESO desde el norte de Chile. Crédito: ESO.
Esta extraordinaria burbuja, que brilla como el fantasma de una estrella en la inquietante oscuridad del espacio, puede parecer sobrenatural y misteriosa, pero es un objeto astronómico familiar: una nebulosa planetaria, los restos de una estrella moribunda. Esta es la mejor imagen obtenida hasta ahora de este objeto poco conocido, ESO 378-1, captada por el VLT (Very Large Telescope) de ESO desde el norte de Chile.
Apodada la nebulosa del Búho meridional, esta brillante esfera es una nebulosa planetaria con un diámetro de casi cuatro años luz. Su nombre informal está ligado a su prima visual del hemisferio norte, la nebulosa del Búho. ESO 378-1, que también está catalogada como PN K 1-22 y como PN G283.6+25.3, se encuentra en la constelación de la Hidra.
Si lo comparamos con la duración de la típica vida estelar (varios miles de millones de años), ESO 378-1 (como todas las nebulosas planetarias) es un fenómeno relativamente corto que dura solamente unas pocas decenas de miles de años.
Las nebulosas planetarias se crean a partir del gas en expansión expulsado por estrellas moribundas. Aunque son objetos brillantes y fascinantes en sus etapas iniciales de formación, estas burbujas se van apagando a medida que el gas que las forma se aleja y la estrella central se debilita.
Para que se forme una nebulosa planetaria, la estrella envejecida debe tener una masa de menos de unas ocho veces la masa del Sol. Las estrellas más masivas terminan sus vidas de manera dramática, explotando como supernovas.