Descubren una joven estrella gigante rica en litio
11/12/2015 de Phys.org / Astronomy and Astrophysics
Esta imagen del Telescopio de Nueva Tecnología (NTT) del observatorio de ESO en La Silla (Chile) muestra Nova Centauri 2013 en julio de 2015 como la estrella más brillante del centro de la imagen. Corresponde a más de dieciocho meses después de la primera explosión. Esta explosión de tipo nova fue la primera prueba de la presencia de litio en la estrella. Crédito: ESO.
Un equipo argentino de astrónomos del Observatorio Astronómico de Córdoba ha anunciado el descubrimiento de una nueva estrella gigante excepcionalmente joven y rica en litio, llamada KIC 9821622. Utilizando datos obtenidos con el espectrógrafo GRACES del telescopio Gemini Norte en Hawái, los científicos pudieron determinar las abundancias químicas de 23 elementos de esta estrella, así como su masa, radio y edad.
Según estos datos, KIC 9821622 es una estrella gigante de masa intermedia (unas 1,64 masas solares) abundante en litio. Estas estrella ricas en litio son muy raras: se estima que sólo entre un 1 y un 2 por ciento de todas las gigantes observadas tiene por lo menos la misma cantidad de este elemento que KIC 9821622. Además de ser rica en litio, los investigadores han descubierto que KIC 9821622 contiene carbono, oxígeno y nitrógeno en abundancia.
Las estrellas destruyen la mayor parte de su litio poco después de formarse, consumiéndolo por las altas temperaturas de la fusión nuclear. Este elemento normalmente no se vuelve a crear y los científicos no saben cómo las estrellas gigantes pueden enriquecerse en litio de nuevo.
Una de las explicaciones ofrecidas por los autores del artículo recién publicado es que esta riqueza en litio es debida a litio recién sintetizado en una fase concreta de la vida de la estrella. Otra posibilidad es que podría haberlo conseguido tomando material de planetas o estrellas enanas marrones cercanas. «El aumento en la cantidad de litio de las estrellas gigantes podría deberse a que se hayan tragado una enana marrón o un planeta», afirman los autores. Sin embargo, no existen indicios de planetas en órbita o de estrellas compañeras que apoyen esta hipótesis. Las observaciones en el infrarrojo y en longitudes de onda submilimétricas podrían proporcionar estas pruebas al detectar un exceso de radiación en el infrarrojo del material expulsado en el proceso de acreción.