Cráteres producidos por cometas: literalmente crisoles de vida en la Tierra
5/5/2016 de Trinity College Dublin / Geochimica et Cosmochimica Acta
El cráter de Sudbury aparece en la imagen como el óvalo situado debajo a la izquierda del lago Wanapitei, en la esquina superior derecha de la imagen. Creado con NASA WorldWind por User:Vesta utilizando una imagen visible tomada por el satélite Landsat 7.
Geoquímicos del Trinity College Dublin pueden haber encontrado la solución a un problema que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo: dónde y cómo se inició la vida en la Tierra.
En un artículo que acaban de publicar en la revista Geochimica et Cosmochimica Acta, el equipo de investigadores propone que los grandes impactos de meteoritos y cometas contra el mar crearon estructuras que proporcionaron las condiciones favorables a la vida. El agua entonces reaccionó con la roca caliente por los impactos sintetizando moléculas orgánicas complejas, y el propio recinto cerrado del cráter se convirtió en un microhábitat donde la vida pudo florecer.
Durante mucho tiempo se ha sugerido que el material meteorítico y cometario que bombardeó la Tierra primitiva aportó los materiales en bruto (moléculas orgánicas complejas, como la glicina, beta-alanina, el ácido gamma-amino-eta-butírico y el agua) así como la energía necesaria para la síntesis. Según la nueva investigación, los cráteres de impacto fueron ambientes ideales que permitieron las reacciones por las cuales aparecieron las primeras raíces de la vida.
Esta conclusión está basada en el estudio realizado en un cráter de impacto en Sudbury, Ontario, Canadá. Los análisis químicos y de isótopos de carbono de muestras tomadas por toda la cuenca revelaron una interesante secuencia de eventos. Lo primero que resultó evidente es que el cráter estuvo lleno de agua del mar muy al principio y siguió siendo submarino durante el proceso de deposición. Es importante el hecho de que el agua de la cuenca estuviera aislada del resto del océano durante un tiempo suficientemente largo para permitir el depósito de más de 1.5 km de roca volcánica y sedimentos. El relleno inferior está compuesto por rocas que se formaron cuando el agua entró en el cráter, cuyo suelo había quedado cubierto por roca caliente fundida en el impacto. Reacciones de enfriamiento provocaron el depósito de rocas volcánicas y promovieron la actividad hidrotermal. Sobre estos depósitos, el carbono reducido empieza a aparecer dentro del relleno de la cuenca y los productos volcánicos se hacen más basálticos.
Anteriormente, la sorprendente presencia de carbono en estas rocas se explicó por procesos de lavado desde fuera de la cuenca del cráter. Sin embargo, los datos nuevos demuestran que fue vida microbiana dentro de la cuenca del cráter la responsable de la acumulación de carbono y también del consumo de nutrientes vitales, como los sulfatos.